A veces la gente cree que la salida a sus problemas es irse a hacer yoga a la India, dizque para encontrarse, como si allá se les hubiera perdido algo. 20 horas de vuelo cuando uno podría encontrarse cada mañana si dejara el esnobismo y tuviera claro que cada nuevo día es un regalo. Dejen de ir a la India, que ustedes nos son los Beatles.
En primer lugar, un país con 800 millones de pobres (más de dos veces la población total de Estados Unidos) no me parece un modelo a seguir. Yo estuve dos semanas por allá y me pareció un lugar miserable donde quienes se mueren de hambre no se rebelan porque la religión los domina. Quizá sea un problema mío, pero no veo cómo ser pobre y resignado es sinónimo de felicidad y nobleza.
Ya no hace falta ir a Nueva York para conocer a occidentales con iPod, iPhone, iPad, dos computadores, carro importado, tres tarjetas de crédito, apartamento duplex, membresía de club, finca en tierra caliente y dos closets con ropa de diseñador (uno no les alcanza) que afirman ser espirituales.
Lea la entrada completa aquí