jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Ya pa qué?

El otro día la amiga de una amiga me dijo que yo era un bien escaso. Quería decir, supongo, que a nuestra edad (segunda mitad de los 30) las cosas se han puesto tan difíciles para las mujeres que cualquier hombre soltero y heterosexual es un buen partido.

Ambas tienen 35 años y un hijo, y a esa edad las mujeres lucen desesperadas. No necesariamente porque quieran casarse; de hecho, ya no creen en el príncipe azul ni en el te amaré toda la vida. Lo que buscan es una salida diplomática: una compañía que no las joda y les dé buen sexo. Es así porque son independientes y ya no cargan con ese sentimiento de culpa de la adolescencia, cuando se sentían como unas zorras cada vez que se acostaban con alguien que no fuera el novio.

Entonces la amiga de mi amiga, hijo en brazos, me dijo que, si estaba soltero, tenía muchas amigas que podría sacarme. Yo me quedé callado y luego de un rato le respondí lo único que a esta edad se le puede responder a una mujer que propone tal cosa: ¿ya pa qué?

Ojalá me hubiera dicho eso a los 20. Yo era buen partido a los 20, cuando las mujeres quieren pasarla bien y explorar con el sexo (así se sientan mal después). Me le hubiera medido de una porque eso sí puedo ofrecerlo. Las de ahora, que esperan seguridad, estabilidad, un hogar, una familia, no son para mí; proporcionar todo eso está fuera de mi alcance.

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