Ya no basta con analizar el 4-4-2 con líbero alternado y volante trescuartista, como hace el profe Vélez en radio y televisión. Ahora, desde hace rato en realidad, a los periodistas nos piden que hagamos ‘notas de color’ cuando venimos a un evento como el mundial de fútbol.
‘Notas de color’, qué nombre tan marica para una actividad que consiste en hacerles preguntas idiotas a personajes aún más idiotas. Como yo no soy Carlos Antonio Vélez ni Javier Hernández Bonnett, que viven de analizar partidos y dárselas de que saben más que el técnico (pero suéltenles un equipo para que vean cómo lo mandan a la B en un semestre), la gente espera que yo haga unas notas de color con cuanto fanático me encuentre, y yo me niego, porque el que queda en ridículo no es solo el entrevistado, sino el reportero que se puso a hacer la nota. Para hacer notas de color, supongo, acá está también Jota Mario Valencia, a quien ayer me encontré en el IBC, el centro de medios del torneo. Él y yo estamos en las mismas: diciendo desde acá las bobadas que podríamos decir en Bogotá.
Precisamente ayer, 12 horas después de haber aterrizado en Río de Janeiro, me encontré con Jorge Alfredo Vargas, a quien ve uno muy formal de traje y corbata presentando noticias como para que esté en la playa de Copacabana haciendo preguntas a los transeúntes.
Lea la entrada completa aquí